sábado, 6 de noviembre de 2010

Perro Flaco

Aun pienso que la vida da muchas oportunidades ¿sabes? tantas como tú la quieras dar.



Y el nuevo mes de noviembre cogió las riendas del año y trajo consigo nuevas huidas y nuevas pérdidas. Nuevas canciones y nuevas caras (que en realidad no lo son tanto), nuevos días, y nuevas sintonías. Cae la tarde en Madrid, me invitan a cerrar los bares… igual no cerramos el Costello pero si hubo gente que lo hizo. Gente alta, gente bajita, con rizos, sin ellos, con unos cuantos cigarrillos, con otros muchos compañeros de viaje, con un par de guitarras (y quien dice un par dice tres), con un ritmo chileno… Los perros del barrio aullaron mucho esta noche, más de lo normal, y los flacos del entorno estaban listos para apuntar alto, muy alto. Empieza todo. Hay aplausos, gente jugando al azar, cervezas pasando factura y un primer acorde de una guitarra que detona los corazones de los presentes. Parece que esta vez nadie está cansado de las palabras que se cuelan con tanta facilidad, parece que nadie sale ni entra, que nadie espera, parece que nadie se da cuenta de que la ciudad está soñando, parece que todos se acuerdan de las niñas de papa, parece que la de la campaña del corte inglés no está. La fiesta ha comenzado ya y la masa se apelmaza para no dejar de ver ni un solo rizo. Perro Flaco canta, baila, toca la armónica. Perro Flaco ha llegado. El rock and roll coge un textura palpable, se contonea, sorprende, y ataca uno por uno a todos. Dejando de lado las mentiras y las leyendas otra noche más, otro día de noviembre más, los rotos de los vicios caros cosen algún que otro corazón humillado. La noche se va haciendo más corta, los minutos se dividen por la mitad y todo tiene un fin. No sé si ya aprendió a hacer una canción (bueno si que lo sé), si ya ha parado de pensar en el sol o en la luna, si sigue jugando al azar o si al fin pudo acabar con la farmacia ilegal. Pero sé que esa noche Madrid se vio mejor desde el Costello. Juego con mi chinita y escribo estos versos en concreto.



El dia a dia mata las ilusiones y el noche a noche relaja las tensiones y Madrid se ve mejor desde tu coche.






Y todo esto es porque no se emborrachó en aquel día...





Y porque es del Atletic.


http://www.myspace.com/davidnegrin

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